Nancy: ”Hallé a mi hija en la morgue, estaba morada por los golpes y me di cuenta que él la mató”

Nancy Guzmán tiene 65 años, pero, desde el 21 de enero de 2025, ella siente que envejeció de golpe por el dolor. Llegó a la oficina del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, caminando apenas, para pedir que los abogados se hagan cargo de la defensa legal y gratuita de su familia durante el proceso penal por el feminicidio de Jacqueline Alison Fuentes Guzmán, una joven madre que dejó cinco hijos en la orfandad.

Jacqueline era la menor de los cinco hijos que había tenido Nancy en su juventud. La joven había cumplido 26 años y era comerciante de productos de temporada, como sus hermanos y su misma madre. Con la mirada perdida, su mamá cuenta que a Jacqueline no le fue bien en el amor. A los 16 años quedó embarazada. Tuvo un varón que hoy tiene 10 años y vive con su papá, tras varios conflictos. A los 19 empezó una nueva relación y tuvo un hijo que tiene 7 años. Con el papá de su segundo hijo se fue a Brasil, para trabajar como costurera de jeans y otras prendas. Jaqueline no se acostumbró a vivir en otro país, pero su pareja no quiso volver a Bolivia, terminaron y él se quedó allá.

Después, la joven conoció a Toni y se enamoró de él. Tuvieron dos hijos, un niño de 5 y una niña de 4. Toni cayó preso y la relación se rompió. Tuvo a su quinto hijo, un varón de un año y cinco meses de edad. Después conoció a Jonathan R.A.A, de 22 años y empezaron a salir.

Nancy describe a su hija menor como “muy amiguera y alegre, pero también reservada en cuanto a su vida. Nunca se quejó conmigo de que la maltrataran, pero al parecer sí sufría violencia. Tal vez mis otras hijas saben más. Ella trajo a Jonathan en Año Nuevo, cocinamos una picana y luego se fueron. La volví a ver un miércoles antes de que viajara a Villa Tunari. Ella no vivía allá, solamente fue a vender lavandina y papel higiénico con Jonathan”, recuerda.

Los dos debían retornar a Cochabamba la noche del 21 de enero, pero horas antes llegaron a la habitación que alquilaron en un alojamiento de la calle Hans Gretter de Villa Tunari, para alistar sus cosas y allí, al parecer, empezó una discusión que derivó en una brutal golpiza contra Jacqueline y luego en su muerte, tras ser estrangulada.

Apenas sucedió el crimen, Jonathan llamó a Nancy y le dijo que acababa de despertar y que Jacqueline no estaba en el cuarto, pero que la puerta del baño estaba cerrada con llave. “Yo le pregunté si estaba borracho porque mi hija no tenia a dónde ir y los baños de alojamiento no tienen llave. Le pedí que se levante y la busque. Luego me llamó otra vez para decirme que logró entrar al baño y encontró a mi hija colgada. Yo le dije que mi hija jamás haría algo así y no le creí, pensé que estaba ebrio”, relata Nancy con los ojos humedecidos.

A las 19:30 del 21 de enero, el padre de Jonathan la llamó y le dijo que su hijo había sido detenido, por lo que estaba viajando esa noche para averiguar el motivo.

“Yo vivo sola, tenía 700 Bs para pagar el alquiler de donde vivo, pero estaba preocupada y me fui con eso a Villa Tunari. Llegamos de madrugada y no estaba el policía asignado al caso, así que tuve que dormir en una banca de fierro y la familia de Jonathan en una frazada en el piso”.

Horas después, en pleno feriado del 22 de enero, apareció el policía y me dijo que mi hija estaba muerta, que debía comprar un ataúd para recoger su cuerpo de la morgue. Yo no creía aún. Llamé al papá de Jaqueline que está en Santa Cruz, pero está enfermo y no podía moverse. Me llevaron a la morgue y entré solita. Vi a mi hija desnuda, con la cara y el cuerpo llena de moretes. Entonces confirmé que Jonathan me mintió, que mi hija no se había colgado, sino que él la mató. ¿Cómo se va a ahorcar, si estaba morada?”, dice y las lágrimas ruedan por sus mejillas.

La hija mayor de Nancy llegó desde Santa Cruz para ayudar a su mamá a trasladar los restos de Jacqueline a Cochabamba. “El policía que atendió el caso me entregó una sábana, un maletín, una riñonera, la ropa de mi hija, un pantalón, un short, una malla. Estaban con sangre, de los golpes me imagino. Me dijo que me lleve todo y que lo queme. Me hizo firmar un papel, no me dijo nada sobre si tenía que declarar o denunciar. Como robot caminé y trajimos el cuerpo de mi hija, la enterramos y quemé todas sus cosas como me dijo el policía”, cuenta Nancy Guzmán, sin entender que todas esas prendas debían haberse quedado en custodia de los investigadores policiales y fiscales.

“Su papá decía que tiene una familiar jueza y abogados. Yo no tengo recursos para defender a mi hija, por favor les pido que nos ayuden”, rogó Nancy Guzmán. La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres Lourdes Tarqui escuchó a Nancy y le dijo que se harán cargo del feminicidio de Jacqueline Alison Fuentes Guzmán. Jonathan R.A.A. fue aprehendido y está detenido preventivamente.