
El escritor peruano, Nobel de Literatura 2010, deja un legado literario inmortal.
Mario Vargas Llosa, uno de los más grandes referentes de la literatura hispanoamericana, falleció este lunes a los 89 años en su ciudad natal, Lima. La triste noticia fue confirmada por su hijo, Álvaro Vargas Llosa, a través de un comunicado difundido en su cuenta oficial de la red social X (anteriormente Twitter).
Con una prolífica carrera que abarcó más de seis décadas, Vargas Llosa se consagró como uno de los máximos exponentes del llamado «Boom latinoamericano», junto a figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Su obra ha sido traducida a decenas de idiomas y le valió múltiples reconocimientos internacionales, entre ellos el Premio Nobel de Literatura en 2010, concedido por su «cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebeldía y la derrota del individuo».
Entre sus novelas más celebradas se encuentran La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo. Además de su labor como novelista, Vargas Llosa fue ensayista, dramaturgo, columnista y activo participante en la vida política de América Latina.
El mundo cultural despide hoy a una de sus voces más influyentes. Vargas Llosa no solo deja una obra literaria fundamental, sino también un pensamiento crítico que marcó generaciones.
Se espera que en las próximas horas se den a conocer los detalles de las exequias y homenajes póstumos.