
En un país donde el debate económico muchas veces se polariza entre discursos políticos y percepciones mediáticas, emerge una figura que apuesta por el análisis técnico, la ética profesional y el conocimiento compartido. Se trata de Luis Fernando Romero Torrejón, economista, docente y actual presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, quien ha logrado no solo visibilizar una institución largamente relegada, sino consolidarla como un referente regional, nacional e internacional.
El Colegio de Economistas de Tarija ha experimentado un cambio sustancial en los últimos años. En el primer ciclo de la gestión 2025, bajo la presidencia de Romero, el Colegio recibió por primera vez un reconocimiento oficial del Concejo Municipal de Tarija, que lo declaró institución meritoria. A este logro se suma una pronta distinción por parte de la Asamblea Legislativa Departamental, además del reconocimiento otorgado previamente por la Gobernación en la gestión 2023.
Estos hitos no son casuales. “Muchos no sabían ni que existía un colegio de economistas, y menos quién era el presidente. Ahora, la institución es reconocida como fuente de análisis, opinión y conocimiento técnico”, afirma Romero. El mérito no solo está en la visibilidad ganada, sino en el posicionamiento estratégico del Colegio como actor propositivo y confiable en medio de la crisis económica que atraviesa Bolivia.
La institución colegiada tarijeña tiene cerca de cuatro décadas de vida con el propósito de aportar científica y académica a la sociedad tarijeña y boliviana, expresa Romero.
Economía con sentido humano y técnico
Romero ha desarrollado una sólida trayectoria como analista económico, participando activamente en medios como El Diario, El Deber, Los Tiempos, Unitel, Red Uno, Bolivisión y otros, donde su voz es consultada para abordar temas tanto de coyuntura como estructurales. Desde los efectos económicos de la pandemia hasta el análisis del Presupuesto General del Estado o los desafíos en el Mercosur, su enfoque se caracteriza por ser metódico, disciplinado y fundamentado en fuentes confiables y oficiales.
“La idea no es solo emitir opinión, sino formar criterio, informar con responsabilidad y promover que la gente también se cuestione”, explica. Para él, el economista no debe limitarse a emitir cifras: debe aportar soluciones viables, de corto y largo plazo, para construir un desarrollo sostenible y equilibrado.
Una pasión por enseñar y aprender
Además de su rol institucional, Romero es un docente por vocación. Ha impartido clases en la Universidad Privada Domingo Savio, la Universidad Privada UNO y la Universidad Católica Boliviana, aportando nuevas generaciones de profesionales con una visión crítica y social. “Uno aprende mucho más enseñando. Y los estudiantes, con sus miradas frescas y su vínculo con la tecnología, también nos enseñan a ver el mundo desde otra perspectiva”, reflexiona.
Para él, la economía no es solo una disciplina técnica, sino una dimensión central de la vida humana: “Somos seres económicos desde que nacemos hasta que morimos. No se trata solo de gastar o generar ingresos, sino de cómo nos relacionamos con el entorno, con los recursos y con las decisiones que tomamos día a día”.
Proyección desde Tarija al país y más allá
La gestión de Romero no se ha quedado en lo local. Bajo su liderazgo, el Colegio de Economistas de Tarija ha participado en charlas, conferencias y entrevistas tanto dentro como fuera del país, alcanzando visibilidad incluso en medios internacionales. Esa proyección ha permitido consolidar al Colegio como una plataforma de análisis con voz propia, independiente y técnicamente solvente.
Además, su experiencia en la gestión pública como Jefe de Planificación e Inversión del Gobierno Municipal y actual responsable del Instituto de Estadísticas Municipales, así como su paso por el sector privado con su empresa NANO’S INTELLIGENCE – SGNI, entre otras, revelan una visión integral del desarrollo, basada en datos, planificación y ejecución efectiva.
Una voz que piensa y actúa por el desarrollo
Luis Fernando Romero Torrejón no es solo un economista que analiza desde la teoría. Es un profesional que transforma desde la práctica, que enseña con pasión y que lidera con responsabilidad. Desde Tarija, ha logrado lo que parecía improbable: convertir al Colegio de Economistas en un actor técnico, propositivo y reconocido, y a su vez posicionarse como una de las voces más influyentes del pensamiento económico boliviano.
Su trabajo no solo explica la economía. La reconfigura. La humaniza. Y la proyecta hacia el futuro, con el único fin de ayudar a su región y al país encuentren el verdadero camino del desarrollo tanto económico como humano.