
El ministro boliviano Alejandro Gallardo visitó Teherán para ampliar la cooperación bilateral en hidrocarburos y energías renovables, en medio de creciente inquietud internacional.
El ministro de Hidrocarburos y Energía de Bolivia, Alejandro Gallardo Baldiviezo, sostuvo una reunión oficial en Teherán con su homólogo iraní, Mohsen Paknejad, en la que ambos gobiernos acordaron ampliar la cooperación bilateral en sectores estratégicos como petróleo, gas, refinación, petroquímica y energías renovables. La cita se da en el marco de un fortalecimiento de la relación entre Bolivia y la República Islámica de Irán, en medio de un contexto internacional marcado por el reordenamiento de alianzas.
Durante el encuentro, Paknejad destacó el interés iraní en compartir sus experiencias en exploración y refinación de hidrocarburos, y manifestó su disposición a beneficiarse del conocimiento boliviano en energía solar. Gallardo, por su parte, propuso la conformación de delegaciones técnicas conjuntas para avanzar en proyectos concretos.
La reunión también estuvo marcada por gestos diplomáticos, como la solidaridad expresada por el ministro boliviano ante el reciente incidente en el puerto de Shahid Rajaee, en Hormuzgan.
Sin embargo, este acercamiento no ha pasado desapercibido en la región. Diversos analistas en defensa y seguridad han manifestado preocupación por la profundidad de los acuerdos firmados entre Bolivia e Irán, especialmente tras el memorándum de entendimiento de 2023. Expertos como el chileno John Griffiths advierten sobre posibles transferencias tecnológicas vinculadas a inteligencia, ciberseguridad y armamento, y critican la falta de transparencia en los términos del convenio.
Desde 2006, el vínculo entre el MAS y el régimen iraní ha sido sostenido, con antecedentes como la visita de Mahmud Ahmadinejad y la instalación de medios iraníes en territorio boliviano. La proyección geopolítica de esta alianza hoy vuelve a levantar alertas en el tablero latinoamericano.