
Redacción: Vatican News
En su primer mensaje como Sumo Pontífice, el Papa León XIV tuvo un gesto especial hacia el pueblo peruano, a quienes dirigió un afectuoso saludo recordando los años en que sirvió como misionero en el país andino.
Nacido en Estados Unidos el 14 de septiembre de 1955, el entonces joven agustino fue enviado en 1985 a la misión de Chulucanas, en la región de Piura, mientras preparaba su tesis doctoral sobre El papel del prior local de la Orden de San Agustín. Un año después, en 1986, regresó a su país natal para defender su investigación y asumir nuevas responsabilidades como Director de Vocaciones y Director de Misiones de la Provincia Agustiniana «Madre del Buen Consejo», con sede en Olympia Fields, Illinois.
En 1988, volvió al Perú para integrarse a la misión en Trujillo, donde asumió la dirección del programa de formación común para aspirantes agustinos provenientes de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Su compromiso con la formación y el servicio pastoral fue constante durante más de una década.
Durante su estadía en Trujillo, ocupó diversos cargos clave: fue Prior de la comunidad agustina (1988-1992), Director de Formación y Formador de Maestros (1992-1998). Además, se desempeñó como Vicario Judicial de la Arquidiócesis de Trujillo (1989-1998) y como profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor «San Carlos y San Marcelo».
Su labor pastoral también dejó huella en las comunidades más necesitadas. Entre 1988 y 1999 estuvo al frente de la comunidad de Nuestra Señora Madre de la Iglesia, que luego fue erigida como parroquia bajo la advocación de Santa Rita, en una zona marginal de la ciudad. Asimismo, fue administrador parroquial de Nuestra Señora de Monserrat entre 1992 y 1999.
El Papa León XIV ha iniciado su pontificado con palabras que reflejan no solo su trayectoria académica y pastoral, sino también el profundo vínculo afectivo que mantiene con el Perú, tierra donde sembró buena parte de su vocación misionera.